Verano 2014. Diario de un postoperatorio. Capítulo 2 o Andar a dos pies

Ayer hizo tres meses que reaprendí a andar. Si es que yendo más de dos meses a una sola pata es lo que tiene, que se olvida. Diez días después andaba sin ayuda ni control de la bota walker, y tras otros diez podía hacerlo sin ayuda de muletas.... aprendo rápido

Correr será otro cantar. Cosa que por ahora, tampoco es que me preocupe, la situación se va moviendo tan "finamente" que ahora mismo correr sea el último de mis propósitos. Le comentaba a una amiga, que si no corría antes de final de año, igual empezaba a fumar, para que dejarlo sea uno de mis propósitos de año nuevo. Nada, tonterías que se dicen. No fuméis niños.

A pesar de ir andando y progresando adecuadamente con la movildad, las visitas a la Clínica Santa Elena aun se suceden en el tiempo, con mucha menos frecuencia que durante los meses de julio y agosto, que rateaban a tres por semana. Y es que desde el 8 de junio además de dos cirugías, la segunda de Champions Leage, han pasado: tantos puntos de sutura que me río yo de la ligas del 2011-12 y 2012-13, necrosis epitelial, litros de betadine, metros de gasas y vendas, agujas y jeringas para infiltraciones, otras tantas de heparina, y más de dos meses con tratamiento antibiótico. Ahora solo lidio con un poquillo de betadine y aceite de rosa de mosqueta.

Y para ir marchando, y que no decaiga, llevo dos semanas en las que retomé (la primera vez tuve que dejarlo por reapertura de la herida) tratamiento de fisioterapia y preparación física, con Corporis Fisioterapia y Profesional Elite Sport, con quienes y todavía en contacto con el Dr. Vicente de la Varga, siempre al otro lado del teléfono, intentaremos que la cosa funcione, un poquitillo tan solo, peor que antes.

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