Verano 2010: Diario de un postoperatorio. Capítulo 7 o El día en que me tatue

A algún listo, un tatuador seguro se le ocurrió algún decír que para estar completos, cerrar el círculo o no sé qué cosa más hay que tener tres tatuajes.

La raza humana se caracteriza por obedecer todos los tópicos, dichos y saberes populares, así que ya anadaba yo algún tiempo detrás de mi segundo... tatuaje. Ya tenía uno, pues ahora otro, el segundo.

Barcelona, 30 de agosto,1 de la tarde: paseabamos el amigo Paco y yo por el centro de la ciudad, concretamente Carrer de Ferran, calle peatonal y bastante comercial que conecta Plaça de Sant Jaume con Las Ramblas, después de ver la Maratón Femenina. Pasamos por una... ¿se dice tienda? ¿clínica? Un sitio donde hacían tatuajes, pirsines y demás cosas que mi padre siempre decía: "como mi hijo traiga uno de esos...".  Total, teniamos tiempo de sobra para hacerme mi segundo... tatuaje. (Habíamos hablando del tema ya que Paco se había tatuado algo alusivo a su primer Ironman días antes de viajar a Barcelona). Me animó, y nos volvimos a olisquear en el sitio donde hacían tatuajes, pero al no tener claro ni qué, ni dónde tatuar, continuamos nuestro camino, pensando en quizás encontrar otro sitio donde hicieran tatuajes, ya que según ibamos andando me venían ideas sobre la nueva decoración de mi cuerpo.

A la mañana siguiente, domingo, ya estaba claro, pero nos ibamos a ver a Javi y después teníamos que volver al hotel a por el coche y no debiamos perder tiempo si queriamos llevar a cabo el plan establecido. Así que pensé: me tatuo en Málaga en cuanto llegue (que cabrones), y le decimos a todo el mundo que me lo he hecho en Barcelona, y como es en Barcelona, algo que recoja mis cuatro visitas a la ciudad y que pueda ir ampliando cada vez que vuelva: un brazalete con cuatro aros que rodearan el antebrazo.

Una vez llegados a Málaga el lunes, valoré la situación: ¿cuatro veces a Barcelona? ¿Y si no voy más? ¿Y si voy tantas veces que no me queda brazo que tatuar? Ya el martes, una vez en el sitio donde hacen tatuajes de Málaga busqué algun dibujo que me gustara, y que pudieramos personalizar de algún modo para no encontrarme otro igual por ahí, el lugar elegido, el interior del antebrazo. Y el resultado es el que veis en la foto, imagen tomada a los 7 u 8 días del tatuaje. Una especie de lagartija-ojo-pez que aunque no conozco su significado claro, me gusta: Me gustan las largartijas, mi primer tatuaje es una; me gustan los ojos, por ellos veo; y me gustan los peces, espeto de sardinas y boquerones en vinagre lo mejor.

Y si para estar completo, cerrar el círculo o no sé qué cosa más se inventara algún tatuador hace falta un tercer tatuaje, el segundo ha llegado a los 10 ó 12 años del primero, quizás haya que esperar otros tantos... o no.