A mí la legión. 2.

Aquí estoy momentos antes de la salida.

A penas tres semanas antes de los 101 confirmé mi participación en la prueba. High5 es proveedor oficial de nutrición y podíamos disponer de algún dorsal de cortesía, y como lo había pensado tiempo antes no lo dudé. Tres o cuatro salidas largas en btt, de entre 2 y 3horas. Otras tres o cuatro en carretera del mismo tiempo. La cosa era endurecer el culo y tomarlo con calma para poder llegar en unas ocho horas.

Salida. Mucha gente. Demasiada, pero con todo esto ya contaba e iba a disfrutar del ambiente, ambientazo ya desde el viernes. 7000 corredores en las tres modalidades llenan Ronda con unas 20mil personas extras. Lo dicho, ambientazo. Quince minturos tardé en poder andar desde que se dió la salida. Primeros kilómetros lento, y entre paradas por algún taponamiento o caída llego al km 15 en algo más de una hora. Lento para el terrero, pero ahí empezaba a abrirse el camino y daba la posibilidad de ir adelantando puestos y ciclar algo más suelto. Pepe el Gasolina, Pepito, Bejarano y más amigos estaban viendo la prueba en el Puente de La Ventilla, primeras y únicas risas de la carrera, un recuerdo del pacharán "aliñado" de Pepe con que regamos nuestros gaznates a noche anterior y seguir pedaleando.

No tardó en llegar la primera subida seria. Sería en torno al km. 20. Arriate, "El Marqués". La dificultad venía no por la pendiente sino por el pedreo que había en el suelo, además, todavía mucha gente por medio que yendo andando con bici al lado, entorpecían el marchar de los ciclistas más aventajados. Total, que casi toda la cuesta andando.

Otro lugar de referencia que no voy a olvidar es la llegada a Setenil. 3horas. Nunca había estado allí, y me habían hablado de sus porches-cueva y la zona de bares. Volveré pero sin bici. Aquí fue cuando me di cuenta que podía hacer menos de 8horas. Era el km48, por regla de tres salían 6horas. Pero tenía que ir sumando el factor cansancio y que faltaban dos "pechos" buenos.

Otra referencia. 5horas en el Cuartel. 75km. Aquí paré a comer durante unos 15min. Fue la parada más larga. Había cola para entrar al servicio, ¿qué pasa, que la gente se venía aguantando desde Ronda?

A partir de aquí no controlé la hora ni kilometraje. No llevaba cuenta kilómetros en la bici, ni siquiera cronómetro. Mí única referencia era la hora de salida y mirando el reloj sabia cuanto tiempo llevaba. Solo de vez en cuando miraba el librillo más que nada para saber por donde iba. Por si tenía que llamar para que vinieran a buscarme, jejeje.

Ermita, Montejaque, Benaoján fueron los pasos siguientes. Y desde aquí hasta ver Ronda a lo lejos era un camino bastante pestoso. Pestoso como una forma de hablar refiriendome a incómodo, muy ondulado, mucha piedra suelta y continuamente bajando y subiendo a la bici. No paraba de adelantar gente, señal de que iba fino, o menos mejor que ellos, Aquí fue cuando adelanté al padre de Salva G., Km.90, un saludo rápido y a seguir. Control, avituallamiento donde solo llegué el bidón ya que iba bien, me encontraba fuerte y quería llegar ya. Un mensajito a Pepe y Celia de mi situación, y en poco tiempo estaba subiendo, andando, la cuesta de "el cachondeo". Aun andando adelantaba a gente, también andando. A mitad de cuesta esperaban Pepe y Paz, subieron conmigo e intercambiando pocas palabras y sensaciones de la jornada me dieron el último empujón, sobre todo emocional. Llevaba un buen rato sin cruzar más que algún que otro ei, weeee, hey, illo, con alguien. La vez que más, allá por el 70 fue con Salva Rosado, antiguo compañero de instituto a quien no veía seguramente desde entonces.

Joder, problemas mecánicos en el último kilómetro, al cambiar de plato al salir del empedrado se sale la cadena. Tardé en ponerla unos 1 ó 2 minutos. Poco importaba, iba a entrar en meta en torno a 7h30 y era objetivo cumplido, así que en los metros que quedaban traté de alargar el buen momento,  y la satisfacción de haber terminado entero está épica prueba.

Volveré. 

No quiero despedirme sin antes a agradecer a José "el gasolina" y Paz el habernos acogido en su casa, y haberme hecho sentir tanto o mejor que en la mía. Y un recuerdo para los amigos que no finalizaron la prueba.

Aquí estoy después de meta mirando los pajarillo