Campeonato de Andalucía de Campo a Través 2020. El viaje maldito

El viaje maldito a la isla del Dr. Moreau. Foto: Richard Stanley

Pasó lo que tuvo que pasar y punto. Desde el jueves estaba KO, entraba en proceso gripal y por precauciones que había tomado el domingo no estaba ni mucho menos al 75%, máxime incluso pasé una mala noche.

Lo más sensato era no haber viajado, pero me cargué la responsabilidad  de dirigir la expedición, mi compañera Encarni y más hecha en estos lares tenía sintuaciones más comprometidas que la mía, y yo además, se suponía que sería el tercer M40 para que el Club completase equipo en esta categoría.

El viaje, a sabiendas de que era largo se me hizo más largo, casi diez horas desde que salí de casa hasta que plantamos el culo en un coqueto apartamento, gestionado por otra compañera de Club que finalmente tampoco pudo viajar.

Cumplimos con la tradición de visitar el circuito la tarde del sábado, me quedé con ganas de echar un trote y así también comprobar como estaba de "lo mío". Por no cambiarnos y tardar más, dimos una vuelta andando, cogí frío. De cuerpo cortado llegamos a la habitación, cena temprana y a dormir.

La noche no fue fácil, mucha tos, mal cuerpo. Me levanté diez veces para ir al baño, tenía frío. Procuré descansar lo más que pude hasta el momento de salir hacia el circuito. Después allí lo de siempre, saludar, recoger dorsales, más saludos, descansar y calentar. 

En ningún momento me encontré cómodo. El día acompaña, el circuito me gustaba, pero mi mente estaba en el cuerpo de otro, y a la mínima, antes de completar la primera vuelta, antes del segundo de los siete kilómetros de carrera, me paré. Nisiquiera me planteer aguantar un poco hasta encontrar mi ritmo de carrera. Opté por la opción fácil del poco esfuerzo y pararme.

No llegué ni a salir del circuito cuando maldije haberme parado, en tan solo 10 o 15sg me habían adelantado 15 o más corredores y prácticamente estaba a cola de carrera. Demasiado tarde para volver a arrancar, para seguramente tener que parar más tarde.

Se acabó así la aventura en este viaje, en el que partíamos casi una quincena de atletas del Club y finalmente solo fuimos seis.