El sujeto de las sandalias

No es la primera ni la segunda, sino la tercera vez que veo al sujeto de las sandalias. Además, de memoría creo que alguien también lo ha visto y me lo ha comentado o lo he leído por ahí, no recuerdo exactamente. Este personaje con quien me he cruzado un par de veces viste con pantalón y camiseta técnica, porta camelback, y se proteje del sol con gorra y gafas de primeras marcas. Hasta aquí perfecto, pero, ¿qué pasa si añado que calza sandalias? Y no corre nada mal, eh.

El tema es que mientras muchos nos preocupamos de la amortiguación, tracción, sujección, protección, y demás propiedades de nuestras zapatillas de correr, a otros les vale mas que un pellejo para sujetar un trozo de neumático recortado cual albarcas de las que yo usaba cuando me vestía de pastor en el colegio.

Visto lo visto, entiendo dos posibles situaciones; o es un adelantado de la tendencia barefoot, o este hombre de parecida naciondad extranjera va a atender al nombre de Jesús El Cristo. Como no le he visto convertir el agua el vino ni se conoce si ha obrado algún milagro, me quedaré con la opción del barefoot.

Lo que no me gustaría es perder la ocasion de hablar con él, no como aquella vez de hace varios veranos, cuando coincidiamos en El Herrojo con otro peculiar corredor. Este únicamente vestía un ligero pantaloncillo y zapatillas de correr, y llevaba media cabeza rapada y decorado el pelo con trencitas y tocados de colores. No andaba mal, mientras Pepe Corchado y yo subíamos la cuesta del "Meliche" andando, el subía y bajaba corriendo cuatro veces.