No entrenar
Cuando volvemos a entrenar después de un periodo de descanso o habiendo entrenado sin normalidad, uno se vuelve bastante más exigente a la hora de salir a correr. No hablo exigente con el entreno, más bien con el medio y las condiciones. Ejemplos. Está lloviendo, no salgo. Ha llovido, está todo embarrado, no salgo. Va a llover, no salgo. Salí ayer lloviendo, las zapatillas no se han secado, no salgo. Lo peor, es que la mayoría de las veces ni nos sentimo mal por haber perdido el día de carrera, pensando que con hacer cuatro estiramientos, cincuenta abdominalesy doce flexiones ya creemos que hemos arreglado el día. No señor! hay que entrenar.
Yo mismo me debería aplicar el cuento, y si hablo de esto es para que me puteeis cuando no entreno, ya que no encuentro el estímulo por mi mismo, tendré que buscarlo desde fuera.
Vamos, que todo este rollo viene a decir que la semana pasada solo corrí dos días: Lunes, 45min, y jueves 1h10 en montaña. Cualquiera de los ejemplos anteriores es válido para justificar los descansos masivos.
Ahora bien, ayer la excusa valía. La tarde prometía lluvia, así que decidí suspender el entreno para ir a donar sangre.
Lo planee antes de despegarme del ordenador, así que decidí investigar un poquillo del asunto. Entre mucho, lo que me pareció más interesante es la siguiente tabla de compatibilidades entre grupos sanguineos.
Aquí más información desde wikipedia.
Comentarios
Con que encuentres una recta de 40 metros te haces el apaño aunque es un auténtico coñazo dar 90 vueltas a un garaje de 100 metros de perimetro, y eso en el mejor de los casos.
En cualquier caso, el agua no es el mayor problema, sino las ganas. jejeje.