Pequeñas putadas de ser corredor. Capítulo 3

Reacción al no caber más ropa en el cajón
La entrada de hoy bien se podría llamar Cuándo sabemos que un corredor no entrena, pero no iba a crear una nueva seriación de entradas para este tema solo, y como para nosotros corredores y corredoras, no poder entrenar es una putada, he preferido hacerlo así.

Bien, ¿cuándo sabemos que un corredor no entrena?

La primera, y la más clara a simple vista la leí hace tiempo en una entrevista a Martín Fiz, en la que contaba cuanto odiamos los fondistas que nos digan que estamos gordos. Pues bien, este es una si la más clara de las situaciones por las que sabemos que un corredor no entrena. Si bien, a cualquier persona de a pie le disgusta tener algunos centímetros de más en el cinturón, no digamos a los fondistas, a quienes muchas veces se nos ha visto como enfermos siendo juzgados únicamente por apariencia. "No abuela, no estoy malo, solo es que esta semana he corrido 120km".

Tener demasiada ropa de entreno limpia en los cajones es otra clara prueba de entrenar poco. Esto lo valora sobre todo al hacer coladas. "¡A ver, si tiene que caber!" Si entrenas, cinco o seis días a la semana debes tener ropa sucia cada uno de esos días, mientras está sucia o en el tendedero, no está en el cajón. Así que cuando recojas la ropa tendida, y no tengas más espacio donde guardarla, sal a entrenar. También aplicable a calcetines.

Otro ejemplo, también relacionado con la ropa sucia/limpia, es usar siempre modelos conjuntados de camiseta, sudadera, malla o pantalón. Esto puede querer decir dos cosas: 1) No entrenas. Nunca se seca a la vez una camiseta técnica que unas mallas, entonces si cada dos o tres jornadas llevas la misma ropa la gente empezará a pensar que no entrenas entre lavado y secado. 2) Tienes demasiada ropa de entreno. Si así es, es porque en algún momento entrenaste más que ahora, entonces la necesitabas.

Si tus zapatillas no están sucias y gastadas todo el mundo sabrá que no entrenas. La zapatillas de una persona que entrena habitualmente (daremos de margen una semana o diez días desde su estreno) no solo tienen, sino que DEBEN estar sucias, barro en invierno y polvo en verano.

También caen en saco de los ejemplos de no correr, síntomas como: el mal humor, nerviosismo e hiperactividad. Estos los notamos nosotros y nuestros seres humanos más cercanos. La práctica habitual de la carrera a pie viene a crear en nosotros una adicción, que bloquea nuestros sentidos cuando no se practica, de aquí que entremos en bucle de mala ostia al tercer o cuarto día sin correr.

Resumiendo. Una pequeña putada de ser corredor es que la gente sepa cuando no entrenas, y aquí hay unas pruebas claras.

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