Verano 2010: Diario de un postoperatorio. Capítulo 3 o El agujero
El jueves me descubrí la herida y su aspecto era bueno, pero ni el Dr. y la enfermera que me atendieron en la primera cura se dieron cuenta de lo que se estaba cociendo dentro de la cicatriz.
A las 24 horas vi que la cicatriz estaba algo hinchada, no le di importancia, ya que si el jueves estaba bien, el viernes también. El sábado más hinchazón. Yo solo tenia que darme en la cicatriz con vetadine, y cubrírmela con una gasa para evitar roces con la ropa. Aunque ya me podía bañar libremente y mojar la herida, todavía no había estrenado la temporada de verano. El domingo al darme con vetadine debí hacer más presión de la cuenta porque se abrió un porillo en la cicatriz que empezó a supurar liquido purulento. Para evitar ascos, no voy a describir el liquidillo que salía.
Después de una llamadita al siempre dispuesto Rafa Siendones, sabía que era lo que pasaba, tenía un seroma. Para entendernos: un acúmulo de líquindo linfático y sangre que segrega el cuerpo a modo de defensa ante la implantación de una prótesis; en mi caso, doble malla de polipropileno para la reparación de la hernia. El cuerpo el sabio, y sabe que eso no va ahí, así que no cicatriza bien. Para Rafa era normal; para él todo es normal, habrá visto miles de esos, pero yo me acojoné un poquillo.
El lunes tocaba ir de nuevo al hospital, y después de inspección la herida: " - Tiene usted un seroma, ¿no ha tenido fiebre? - No. Contesté." Curas diarias en tu centro de salud, nada de esfuerzo ni mojar la herida. Total, que estaba como a los 3 días de operarme.
En este periodo ya era independiente (no como San Pedro Alcántara), habiéndome mudado a Benahavis; y aunque debía guardar reposo y no no hacer muchos movimientos, disfrutaba de total movilidad.
En este periodo ya era independiente (no como San Pedro Alcántara), habiéndome mudado a Benahavis; y aunque debía guardar reposo y no no hacer muchos movimientos, disfrutaba de total movilidad.
Las curas consistían en limpiar la herida con suero y vetadine, introduciendo un catéter por el agujero que quedó en la cicatriz. Después se inyectaba un gel (Intrasite Gel), y me colocaban una gasa (Aquacel Plata) a modo de mecha, por donde supuraba todo el liquidillo sobrante. No era un proceso doloroso, ni sentí dolor en los días siguientes, solo un poco molesto. Pero yo vacilaba de tener un agujero de importante capacidad
Hicieron falta 14 curas cerrar la herida, y fue entonces cuando ya pude disfrutar de algún baño de mar y piscinero.
Por cierto, aun con receta, los productos para las curas me costaron 30euros, y solo he gastado una quinta parte. En el Centro de Salud de San Pedro no los quieren, así que ahí los tengo; si a alguien le hacen falta se los regalo.
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